Cuadro Fragmentos del Azul
Este cuadro es una obra abstracta con una fuerte carga expresiva y emocional. Se compone de tres formas rectangulares horizontales, superpuestas en una disposición vertical, predominantemente en tonos azules y turquesas, con acentos blancos que parecen haber sido salpicados o arrastrados de forma espontánea. Cada bloque tiene una textura rica, con capas de pintura que sugieren movimiento, profundidad y cierta turbulencia interna. Los bordes de las formas no son precisos, lo que refuerza una sensación orgánica, casi acuática.
El fondo es mayormente blanco con tonos grises y marrones difuminados, lo que le da un aire etéreo y nebuloso. También se aprecian líneas finas negras en los bordes izquierdo y derecho, que enmarcan ligeramente la composición sin encerrarla.
La obra evoca paisajes marinos abstractos, emociones intensas o incluso la fragmentación del pensamiento o la memoria.