El cuadro muestra un árbol visto desde una perspectiva baja, como si estuviéramos acostados en el suelo mirando hacia la copa.
El tronco es claro, con tonos beige y blanco, y tiene marcas horizontales oscuras que recuerdan a una abedul.
Las ramas se extienden hacia fuera y están cubiertas por un follaje vibrante en tonos amarillos, naranjas y rojos, evocando un paisaje otoñal.
El fondo es un cielo azul brillante que contrasta fuertemente con los colores cálidos de las hojas.
El estilo pictórico combina trazos sueltos y texturizados, especialmente en las hojas, lo que da sensación de movimiento y vitalidad.
Si quieres, también puedo proponerte un nombre evocador para este cuadro.